¿Sabía que los dientes de leche son tan importantes como los dientes permanentes aunque se caigan?
Existe la idea errónea de que los dientes de leche no son susceptibles de sufrir daños o que dañarlos no tiene importancia, pero ese no es el caso. De hecho, la caries dental puede empezar en cuanto crece el primer diente, normalmente alrededor de los seis meses de edad. A veces denominada “caries dental del biberón”, esta forma temprana de enfermedad dental aparece sobre todo en los dientes superiores frontales del bebé. Si no se trata, puede provocar dolor e infecciones innecesarias y tener graves consecuencias para el niño, como problemas para comer, hablar y aprender.
Afortunadamente, con los cuidados adecuados, la caries dental se puede prevenir por completo. Empiece inculcando buenos hábitos de salud bucal a una edad temprana. Aquí tiene cinco buenas prácticas que todos los padres y cuidadores deberían conocer para cuidar la salud bucal de sus hijos.
- Programe la primera cita de su hijo antes de que cumpla un año. Consiga con anticipación la primera cita de su hijo con el dentista. La ADA recomienda que los padres lleven a sus hijos al dentista en un plazo no mayor de los seis meses desde la aparición del primer diente o, como máximo, antes de su primer cumpleaños. A través de las consultas en la etapa infantil, los dentistas pueden detectar a tiempo cualquier problema, asesorar sobre el crecimiento de los dientes del niño, realizar limpiezas dentales y aplicar selladores dentales para prevenir las caries.
- ¿No tiene dientes? ¡No hay problema! –– Según los CDC, incluso si un niño no tiene los dientes completamente desarrollados, los padres pueden asegurarse de que su hijo tenga una boca sana limpiándole las encías dos veces al día para evitar que las bacterias y los azúcares que causan la caries dental se acumulen. Utilice una toalla o paño limpio y suave al principio del día, después de la primera comida del bebé, y por la noche, antes de que se vaya a dormir.
- En cuanto aparezcan los dientes, cepíllelos inmediatamente. En cuanto le crezcan los dientes al niño, empiece a cepillárselos. Los dentistas recomiendan a los padres que cepillen los dientes de sus hijos dos veces al día con un cepillo adecuado para niños y pasta dentífrica con flúor hasta que se sientan cómodos con el cepillado de sus propios dientes. Una vez que los niños puedan cepillarse solos, los padres deben supervisarles e indicarles a sus hijos que no ingieran la pasta dentífrica.
- Tome agua fluorada. Compruebe el sistema de agua de su comunidad para ver si el agua del grifo está fluorada (puede utilizar el sistema “My Water’s Fluoride” (El flúor de mi agua) de los CDC para comprobarlo). Tomar agua con un mínimo de 0.7 miligramos de flúor por litro puede ayudar a combatir futuras caries. Si la comunidad no dispone de agua fluorada, consulte a su dentista o a un profesional de atención médica sobre formas alternativas de obtener flúor.
- Chupones y mordedores: A medida que los dientes de los niños empiezan a salir, la boca puede volverse sensible. Los padres pueden aliviar la zona utilizando un mordedor de goma sólida o incluso un dedo limpio para masajear las encías. Al igual que los mordedores, los chupones también deben permanecer limpios. ¡Evite añadir cosas al chupón que puedan provocar caries, como miel, jugo, azúcar o su propia saliva! En realidad, las enfermedades dentales son contagiosas, por lo que “limpiar” el chupón colocándolo en la boca de los padres o de otra persona puede transferir al bebé bacterias causantes de caries que de otro modo no existirían.
Cuidar a los niños pequeños significa hacer malabarismos con muchas cosas, pero seguir estas recomendaciones puede ayudar a garantizar que los niños tengan una base sólida de buena salud bucal a medida que crecen.
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